Las grandes emociones de nuestros pequeños
El desarrollo emocional de los niños es un aspecto crítico de su maduración general con consecuencias para toda la vida. El desarrollo socioemocional de un niño durante los primeros 5 años de vida afectará su capacidad de funcionar en la escuela, responder al estrés, adaptarse al cambio, persistir en situaciones desafiantes y formar relaciones significativas a lo largo de sus vidas. Y, sin embargo, a menudo hay un énfasis en promover el crecimiento cognitivo de los niños en los primeros años y una atención limitada al fortalecimiento de su capacidad para manejar las emociones.
Todos los padres desean criar a sus hijos para que sean miembros de la sociedad bien adaptados, felices y contribuyentes. Un adulto que disfruta de relaciones significativas y un trabajo satisfactorio, sin duda, tiene en su núcleo una capacidad bien desarrollada para la regulación emocional. Esto incluye la capacidad de identificar y comprender los propios sentimientos, leer y comprender con precisión las emociones de los demás y manejar las emociones fuertes de una manera constructiva.
¿Cómo apoyamos a los niños en sus primeros años para desarrollar las capacidades de regulación emocional necesarias para el éxito durante el resto de sus vidas? Durante la infancia, los bebés dependen de un cuidado sensible y receptivo para modular sus estados emocionales. Los niños pequeños y preescolares tienen necesidades más complejas y aprender a manejar sus emociones es una de las tareas más desafiantes de estos primeros años. Aquellos que reciben el apoyo y las herramientas necesarias para cumplir con éxito esta tarea tendrán un rico repertorio emocional y un vocabulario emocional igualmente amplio. Han desarrollado la capacidad de verbalizar cómo se sienten en lugar de "derretirse" o "actuar", y también pueden inhibir las expresiones de emociones que son inapropiadas para la situación.
Entonces, ¿qué herramientas debemos proporcionar a nuestros hijos para ayudarlos a controlar sus emociones y seguir sus comportamientos? La salud emocional de los niños o el curso está, ante todo, vinculada a las experiencias diarias dentro de su entorno familiar y la dinámica familiar. Más allá de eso, las siguientes son algunas formas en que los padres y cuidadores pueden ayudar a optimizar el desarrollo socioemocional de sus hijos:
1. Permita que los niños sientan y expresen una gama completa de sentimientos, incluidos los sentimientos negativos. Esto incluye permitir que nuestros hijos nos vean expresar una variedad de emociones de manera saludable. Recuerde que no hay sentimientos "buenos" o "malos". Todas las emociones son válidas y esto no significa necesariamente que todos los comportamientos sean aceptables. Por ejemplo, puede comunicarle a un niño que sentirse enojado pero golpear a su hermana no es un comportamiento aceptable.
2. Apoye a los niños a reflexionar sobre sus sentimientos y comportamientos. Una vez que la tormenta de emociones se haya calmado, encuentre un momento tranquilo para sentarse con su hijo. Ayúdelos a conectar los puntos para lo que ocurrió; Identificar el vínculo entre sus sentimientos, comportamientos y las consecuencias de esos comportamientos. Intercambie ideas sobre formas mejores o alternativas de manejar una situación similar la próxima vez.
3. Permita que los niños expresen sentimientos difíciles sin saltar a una solución o distracción. En cambio, simplemente hágales saber lo que está experimentando, por ejemplo: "Puedo ver que te hace sentir realmente frustrado cuando tienes que esperar mucho tiempo para un turno".
Evite minimizar los sentimientos expresados por los niños. Si un niño expresa miedo, preocupación o dolor, simplemente necesita saber que sus sentimientos son válidos. Si les decimos a los niños cosas como "no hay nada de qué asustarse" o "está bien", les estamos dando el mensaje de que no se puede confiar en sus verdaderos sentimientos. Los niños necesitan saber que todos tienen derecho a sus propios sentimientos y reacciones. Lo que es más importante, no distraiga a los niños cuando están lastimados o molestos, ofreciéndoles un dispositivo electrónico para calmarlos. Esto solo elimina una oportunidad saludable para aprender a autorregular las emociones y cortocircuita su capacidad para tolerar sentimientos difíciles.
4. Permanezca tranquilo ante las tormentas emocionales que experimentan sus hijos y no se sienta personalmente responsable de hacer que los eviten o los controlen. Los niños pasan por varias etapas de separación e individualización con fuertes deseos de hacer cosas que están fuera del alcance de sus habilidades o que simplemente no son una opción disponible. No hay forma de asegurar que no se peguen en asuntos aparentemente triviales. Lo único que debe hacer es mantener la calma y salir de la tormenta, dejándoles saber que usted está allí para ellos mientras trabajan para recordar.
5. Enseñar, practicar y modelar estrategias de afrontamiento. Hay muchas estrategias para hacer frente a los sentimientos difíciles, como tomar un descanso, hacer una actividad física y respirar profundamente. Encuentre una estrategia que su hijo esté más inclinado a hacer y participe en una práctica regular o fuera de situaciones difíciles. Modele usando una estrategia de afrontamiento usted mismo en momentos de frustración y refuerzo de cualquier intento que haga su hijo de usar una estrategia para reducir la escala.
6. Es tentador usar tiempos de espera cuando nuestros hijos expresan emociones o tienen comportamientos que son excesivos e inaceptables. Sin embargo, es en estos momentos de enojo, desafío o prueba de límite que nuestros hijos necesitan más nuestra presencia y orientación tranquilas. Usar un tiempo de espera en lugar de un tiempo de espera significa tomar la decisión de considerar los sentimientos difíciles del niño en ese momento para ayudarlo a superarlo. Es el simple acto de sentarse con su hijo y empatizar con cómo se siente, sin cambiar su postura sobre los límites que le han colocado o los comportamientos que ha considerado inaceptables. Permite a los niños conectarse y sentir que se están considerando sus necesidades, incluso si el resultado final no cambia.
El trabajo de apoyar a los niños para desarrollar su capacidad de regulación emocional requiere mucho de nosotros como padres. Podría decirse que es uno de los aspectos más desafiantes de la crianza de los hijos, ya que requiere que manejemos nuestros propios sentimientos de ira, dolor, frustración, decepción, etc. de la mejor manera posible. Tenemos la capacidad de manejar nuestras propias emociones durante los momentos en que nuestros hijos parecen decididos a presionar nuestros botones hasta llegar a un punto de inflexión. Si podemos usar nuestras propias herramientas para hacer frente, mantener la calma y no tomar las cosas personalmente, podemos construir una base sólida sobre la cual nuestros hijos puedan desarrollar sus propias estrategias de afrontamiento de manera efectiva.
Fuente:
Artículo extraído del portal www.connectedstrides.com