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Los cambios en las rutinas en los niños con TEA


En situaciones de conflicto los cambios en las rutinas así como los imprevistos, suceden con frecuencia y constancia, esto afecta a todos los habitantes del lugar, sobre todo a los niños y adolescentes, quienes requieren en mayor medida la seguridad y estructura que proporcionan las rutinas diarias. Cuando en la familia hay un niño con Trastorno del Espectro Autista, dichos cambios afectan aún más, ya que la inflexibilidad para afrontarlos o el apego a ciertas actividades de interés puede afectar significativamente su conducta, emociones y ajuste al ambiente.

El asistir de forma intermitente al colegio, a las terapias o a las actividades recreativas o deportivas, así como los cambios en los horarios y en la dinámica familiar, puede generar ansiedad, incomodidad y molestia que se traduce en expresiones conductuales exageradas, baja tolerancia, irritabilidad y mayor búsqueda de apego a lo que representan los intereses de los niños como por ejemplo los videojuegos y los aparatos electrónicos.

Los padres se encuentran en una situación en la que la dinámica se ve afectada por el desbarajuste de todos los miembros del grupo familiar y de la comunidad, pero ¿qué se puede hacer para tratar de sobrellevarlo?:

En primer lugar, buscar que los adultos puedan afrontar de forma más flexible la situación, ellos están más preparados para lidiar y encontrar alternativas para generar soluciones. Si usted como padre siente que no puede hacerlo, busque ayuda, apóyese en alguien que lo pueda hacer más fácilmente, en la medida en que los niños vean que sus padres pueden afrontar los cambios será más fácil generar dichas conductas de afrontamiento.

No permita que la ansiedad y la preocupación lo sobrepase, su hijo con TEA lo necesita, requiere que lo ayude a comprender lo que ocurre, no asuma que sabe lo que está pasando.

La anticipación de lo que va a ocurrir siempre es un excelente recurso, dependiendo del nivel de comunicación del niño, puede valerse de apoyos visuales como una forma más efectiva de que el mensaje esté llegando. Puede implementar una nueva rutina en la que todas las noches se puede recordar las actividades que se van a realizar al día siguiente, de esta manera se puede anticipar si va a ir al colegio, a la terapia o a las actividades programadas.

Cuando se rompe el hilo rutinario, entonces es necesario buscar alternativas, haga una nueva rutina para esos días “diferentes”, tome en cuenta los intereses del niño pero también introduzca otras rutinas, considere qué puede hacer en base a su misma dinámica diaria y haga ajustes en ella también. Por ejemplo, si los padres deben trabajar, es necesario pensar las distintas actividades que pueden realizar en casa y no dejar a libre decisión del niño o el cuidador lo que puede hacer. No es adecuado asumir que como no va al colegio, entonces puede jugar con la tableta durante todo el día, ya que no lo puede supervisar. Promueva horarios que puede seguir el niño o el cuidador.

Si el niño es grande, promueva la participación en la organización de las actividades los días que permanece en casa, háblele de cómo serán los días de colegio y cómo los días que no irá al colegio. Nuevamente el uso de apoyos visuales, sobre todo para aquellos niños más comprometidos en su comunicación puede ser muy útil y práctico.

Considere mantenerse más atento y observador de su hijo, probablemente deba invertir más tiempo de dedicación y requiera de mayores recursos emocionales de su parte.

Tome en cuenta al momento de hacer la rutina en casa:

  • Tareas propias de los hábitos como bañarse, comer, dormir.

  • Actividades relacionadas con la escolaridad, sin hacer de la casa una copia del preescolar ni del aula de clase.

  • Actividades recreativas, juegos, deportes. Buscando un equilibrio entre lo que le gusta y lo que sea beneficioso para ellos.

Tenga paciencia, comprenda que así como usted se ve afectado por lo que ocurre su hijo también.

Busque apoyo en los terapeutas y otros padres, compartir con ellos y pedir ayuda nos puede servir a orientar mejor el día a día.

Vea este tipo de situación como una oportunidad para preparar al niño para afrontar eventos inesperados y evitar muchos estados de ansiedad.

No pretenda que todo sigue igual, si bien los padres pueden trabajar como siempre lo hacen, en este momento nada es como suele ser y eso siempre debe ser tomado en cuenta en casa.

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