La inclusión escolar: una opción de éxito para estudiantes en desventaja
La inclusión escolar es un recurso que tienen las escuelas del mundo para lograr potenciar el aprendizaje de aquellos alumnos con alguna limitación cognitiva o sensorial, pero cuya funcionalidad le permite aprovecharse de la educación formal, no solamente para aprender y formarse como individuo, sino, para permitirle a sus compañeros y a todo el entorno que lo rodea la invaluable experiencia de convivir con la diversidad.
Un alumno que le cuesta escribir los interminables pizarrones cargados de información, aquel que escribe con una caligrafía poco legible, donde se aprecian rotaciones de letras, sustituciones u omisiones, el alumno de memoria prodigiosa que hace intervenciones brillantes, pero es incapaz de escribirlas en su cuaderno, aquel que inicia las actividades pero le cuesta terminarlas, el que necesita moverse, hablar y satisfacer sus intereses. Todos ellos podrían ser estudiantes que se beneficien de un Programa de Inclusión Escolar, o adaptaciones curriculares diseñados según sus características particulares, pero que los haga capaces de adquirir el aprendizaje que necesitan al mismo tiempo que complementan su desarrollo social con sus pares en un contexto regular que los acepta y que se ajusta a ellos.
Si bien las leyes venezolanas apoyan la inclusión de alumnos con alguna discapacidad dentro de la escuela regular, así como, la asistencia especializada según lo requiera su diagnóstico, apoyándose en un marco legal nacional e internacional¹. Es bien sabido que es el personal docente, directivo y especialistas quienes asumen con responsabilidad, y en muchos casos intuición, el reto de atender a un estudiante con características distintas y garantizarle además la prosecución escolar sin más apoyo que su vocación.
Maestros y padres, deben estar atentos cuando se sospecha o se tiene la certeza de que el alumno le cuesta la adquisición de aprendizajes, pero que en el mediano a largo plazo los consigue con mucha dificultad. Debe dirigirse entonces al psicólogo escolar o buscar apoyo en especialistas psicopedagogos y de áreas afines con la intención de evaluar el proceso de aprendizaje del niño dentro de su contexto y la forma de apoyarlo, bien con la atención terapéutica que requiera o esta última en simultáneo con la implementación de un Programa de Inclusión Escolar que beneficie de forma considerable el desempeño del alumno, ya que será diseñado según sus necesidades y nivel de funcionamiento, respetando su edad cronológica y el nivel educativo que cursa.
En un Programa de Inclusión Escolar, el alumno se beneficia de los contenidos pautados para su grado, solo que estos serán adaptados en tres aspectos importantes como la cantidad, la forma y la complejidad. Igualmente existe una variable adicional que los terapeutas recomiendan al docente, sobre todo en el momento de presentar pruebas, el tiempo.
En definitiva el recurso de la inclusión escolar fundamentada en las adaptaciones curriculares ajustadas a cada alumno que lo necesite como un traje a su medida, puede ser la llave al florecimiento de ese estudiante que en su transitar ha sentido muchas frustraciones, tiende a abandonar o sencillamente se niega a ejecutar, es imperativo que los adultos a su alrededor le brinden opciones positivas, acompañándolo a que experimente el éxito.
¹Ley Orgánica de educación, resolución 2005. Año 1996 LOPNA, artículos 3, 13, 29, 61, 63. Año 1998 Ley aprobatoria de la ONU. New York, USA. Año 1990 Declaración de Salamanca. España. Año 1994